Mamá

Mabel Monroy Fragoso (fotografía tomada por el año 2019)

Mamá
 
Mamá ya no está por aquí.
¿Acaso hizo ella algo mal?
¿O simplemente los ángeles
mueren sin motivo, sin razón?
¿O qué engranaje divino
se trabó, cortando sin querer
una existencia tan grata,
para árboles y flores.

*El poema «Mamá» fue publicado por vez primera en el número 48 de la revista «El Comité 1973». Enero – Febrero, 2023.

Sirap

Texto de Meneses Monroy

Sirap, un schnauzer gigante que deseaba ser más compacto, pensó: “siendo mediano o miniatura, tendría más amigos y gastaría menos dinero en croquetas. Incluso tendría más opciones para comprar más y mejor ropa. Además de que mi casa me parecería una mansión”. Deseó con todas sus fuerzas, que cada vez que ladrara, fuera disminuyendo de tamaño. Al cabo de un mes llegó a ser schnauzer mediano, y en un mes más, ya era schnauzer miniatura. No cabía de contento, ahora tenía una casa enorme; también un ropero nuevo, con prendas de muy buena calidad. ¡Y a qué precios!

Sin embargo, no hizo ningún amigo, y pronto descubrió que ser pequeño tenía sus desventajas, pues en este punto, hasta los gatos lo asustaban. Ah, y no sólo los gatos eran problema. Algunos perros lo molestaban por ser pequeño, y cuando los trataba de encarar, —las más de las veces—, lo que recibía era una risa burlona, cargada de vilipendio. Era tamaño miniatura, y aunque lo intentaba, no podía dejar de disminuir de tamaño. Procuraba no ladrar, pero no siempre lo conseguía; por ejemplo: a veces llegaba algún vendedor a su casa, y era imposible no ladrarle. Sirap entró en pánico. Salió de su mansión y corrió desesperado durante horas. Exhausto se detuvo cerca de un nido de ratas. Un ratón era del tamaño de Sirap. Una rata era del doble de su tamaño. Escuchó decir a una de las ratas que el pequeño intruso sería su cena. Un par de roedores se acercaron y sin piedad lo engulleron.

En ese instante, Paris despertó, recordó haber cenado muy pesado. La pesadilla había sido terrible. En este mundo al revés, él no era Paris, sino Sirap; y no había tragado varias ratas de cena, sino al contrario… todavía con la panza llena el schnauzer sonrió y se agarró la barriga con beneplácito.

Nota I: una versión previa del presente texto fue publicada originalmente en el número 44. Septiembre – octubre, 2021, de la revista El Comité 1973.

Nota II: la imagen de Paris Nikolay, usada para esta entrada de El universo literario, fue tomada por Esther Vigil de Alba, con fecha 1 de mayo de 2021.

Semblanza de Eloy II. Eloy Secundino Monroy Fragoso

Texto escrito por Meneses Monroy

Nombrado “Eloy” en honor a su padre, Eloy Monroy Pimentel, y, Secundino, claro, por ser el segundo de la estirpe que llevara dicho nombre. Quizá también porque era el segundo hijo por orden de nacimiento. Su hermano, el primogénito, Mauricio; había nacido en 1942.

Eloy Secundino, nació en Tulancingo, Hidalgo, el 1 de julio de 1944. Así lo señala el registro parroquial que consigna su bautizo. Se sabe, sin precisión de la fecha exacta, ni la causa de muerte, que Eloy, falleció en el mismo año de su nacimiento.

Después de su muerte, nació una hermana suya, a la que sus padres nombraron Gloria; y después de ella, nació otro hermano que llevaría, también, el nombre que él y su padre compartían. Más hermanos de Eloy Secundino, nacieron, hasta llegar al año de 1960, en que nace Mabel Monroy Fragoso, la novena de nueve hermanos.

Los restos de Eloy Secundino Monroy Fragoso, yacen en el panteón San Miguel, de Tulancingo, Hidalgo. Su ser, está junto a sus padres y algunos de sus hermanos. Podríamos señalar que Eloy descansa en Paz, y que descansa del mundo desde 1944. Eso no impide que su memoria esté presente en el universo, y que el día de hoy un hijo, de una hermana suya a la que nunca conoció, recupere, más de setenta años después de su partida, su nombre, su memoria, su legado.

16 de mayo de 2021

Nota 1: Eloy Secundino Monroy Fragoso (Tulancingo, Hidalgo, 1 de julio de 1944-Tulancingo, Hidalgo, 1944). Semblanza realizada por Meneses Monroy.


Nota 2: Fotografía utilizada: “Donde yacen los restos de Eloy II”. Fotografía tomada por Marco Antonio Meneses Monroy, el día 23 de octubre de 2020.

Mabel Monroy. Inventora de una palabra amorosa y lúdica: “Moñiño”

Texto de Meneses Monroy

Moñiño, ña: palabra inventada por Mabel Monroy, y usada por ella y por parte de su círculo familiar. La palabra tiene una connotación cariñosa y/o lúdica. Las acepciones son las siguientes:

Moñiño: I niño           II cariño          III hijo            IV bonito       V guapo

Moñiña: I niña           II cariño          III hija             IV bonita         V guapa

10 de mayo de 2021

Nota 1.- Mabel Monroy Fragoso (Tulancingo, Hidalgo, 23 de octubre de 1960-Pachuca, Hidalgo, 10 de mayo de 2020).

Nota 2.- Fotografía utilizada: «Mabel Monroy con desconocidos de fondo». Fecha: 15 de marzo de 2018. Lugar: Dresde.

Nota de Meneses Monroy, sobre Érase una vez en América (Once Upon a Time in America)

Sólo una película de Sergio Leone he visto, no sé si sea su mejor película, seguramente sí, y seguramente también, te volará los sesos. Dicho lo anterior, cabe señalar: el final de la película puede prestarse a diversas interpretaciones, y no es difícil que al espectador le resulte patético. Sin embargo: un final ambiguo; un final ridículo, se le perdona a esta historia que regala un recorrido por la ciudad de Nueva York, de 1920 a 1968. Filme que realiza un estudio sobre la condición humana, ¿qué motiva a las personas? (a los personajes del filme), ¿cuáles son sus prioridades y valores?, ¿qué los condena o los salva?

El filme data de 1984, y hay varias versiones del mismo, con diferente duración, ya que se trata, originalmente, de una cinta larga que ha sido recortada/editada por cuestiones comerciales y pragmáticas. La versión que vi tiene una duración de tres horas con cuarenta y nueve minutos, y, existen versiones más largas y más cortas. Me parece que, de entrada, la duración de la película, ya fija una postura por parte del director, acerca de que tratamos con una obra de arte, que tiene un propósito más allá de llenar una sala de cine y entretener a los asistentes por un promedio de, digamos, una hora con cuarenta minutos (lo que me parece muy bien, en general, pero esta película es sui generis).

El clímax de la historia, se da cuando el protagonista, apodado “Noodles”, e interpretado por Robert De Niro, invita a la mujer de su vida (de su infancia y de sus sueños), a una cena, fastuosa y romántica. El desenlace de tal evento, devela, entre otras cosas, la fina línea entre una emoción humana y su antítesis. De Niro, mencionábamos, interpreta -en su versión adulta-, a David «Noodles» Aaronson, A manera de cierre, tan sólo diré, que su personaje e interpretación son memorables.

3 de mayo de 2021

La noche se abre

Texto de Meneses Monroy

La noche se abre

dando paso al día.

De a poco, un graznar

de aves, se acrecienta.

*

Mi cuarto es un vacío

con rendija al mundo.

Afuera, en la piscina,

se remojan algunos cuerpos.

Algunos otros, más allá,

descansan en la arena.

*

Ojalá yo también

fuera un cuerpo en la arena,

pero soy sólo humo

en un cuarto vacío.

*

*

Nota: texto publicado originalmente en el número 15. Enero – febrero, 2015, de la revista El Comité 1973.

Acerca de la vida y la muerte

Texto de Meneses Monroy

A veces, sólo a veces

miramos nuestra piel

y está desvencijada,

lo mismo que la puerta

que conduce al cementerio.

*

Pensamos que en todo instante

se consume nuestro halo de existencia,

que la muerte se halla en cada mancha de la piel,

en cada partícula que cesa, en cada sonrisa,

burbuja tornasol que un niño arroja y pronto expira.

*

Miramos a la esfera de luciérnagas

que alumbrando

muere abrasada por su fuego.

*

Pensamos que como hombres en la tierra

hay estrellas apagadas en el cosmos.

Pensamos en la muerte de todo lo vivo,

en Dios que siendo vida debe también ser muerte,

pensamos en nosotros los sabidos mortales.

*

Sí, todo fenece a cada momento.

Las propias jacarandas también mueren,

incluso al florecer, el germen de la muerte está creciendo.

Las palabras perecen lo mismo que las lenguas

y nos referimos a ellas como “lenguas muertas”.

*

Los amigos mueren, la amada morirá un día o ya ha muerto.

Todo muere, incluso el odio,

con sus dientes de fuego, acaba devorándose a sí mismo.

El amor, ese ingenuo, más pronto que tarde

termina en una caja.

*

Luego, pisamos el pasto que sucumbe a nuestro paso,

y reflexionamos que también sin pisarlo muere.

Entonces, tras varias reflexiones acerca del morir,

creemos comprender mejor el universo;

una luz resplandece al tiempo que nos hiere.

Y justo en ese instante el milagro ocurre:

olvidamos el hallazgo para seguir viviendo,

sin pensar, sin recordar lo obvio:

la vida no es otra cosa que muerte.

Así, el camino que trazamos al vivir,

es el de la muerte oculta en nuestro ser.

*

Nota: texto publicado originalmente en el número 11. Mayo – junio, 2014, de la revista El Comité 1973.

El día que conocí el valor

Texto de Meneses Monroy

Recuerdo el día de la batalla; la patria estaba en juego, el rojo sol anticipaba la sangre a derramarse. Diario evoco el águi­la que surcó entre los ejércitos provocando que los rostros de los combatientes se alzaran desafiantes. Escuché los tambores desgarrarse y el grito de guerra. Todos avanzaron, menos yo. Ese día conocí el valor.

Nota: texto publicado originalmente en el número 7. Agosto – septiembre, 2013, de la revista El Comité 1973.

Espacio de escritura de Meneses Monroy